En nuestra tienda, en muchas ocasiones, clientes que se inician en el mundo del té nos preguntan cuál es la mejor forma de prepararlo. A continación detallamos unos sencillos pasos a seguir, los cuales, si se realizan con rigurosidad, dan lugar a obtener el mejor de los aromas y el sabor, de cualquiera que sea el té que se quiera degustar, siempre teniendo en cuenta los tiempos y temperaturas específicos de cada tipo de hierba.
1. Usar té de hoja suelta, bien conservado y una tetera apropiada.
2. Calentar el agua llevándola hasta el punto de ebullición. Recomendamos embotellada, ya que no cambia el sabor de la infusión y es preferible no usar un microondas.
3. Si la hierba requiere una temperatura de infusión de 100ºC, infusionar al momento. Si la temperatura debe ser inferior, reposar el agua hirviendo, dejándola enfriar durante un minuto aproximadamente. Lo ideal es disponer de un termómetro para controlar exactamente la temperatura del agua. Al preparar una infusión de té negro, el agua tiene que haber llegado a un hervor suave, de este modo presenta la temperatura adecuada de 95º, pero todavía conserva su contenido en oxígeno. Para tés blancos y verdes la temperatura debe oscilar entre los 75 y los 95 grados (En general cuanto mejor es el té, menos temperatura necesita).
4. Verter un poco de agua caliente en la tetera, removerla por las paredes y tirarla. Con esto se atempera la propia tetera, preparándola para recibir la infusión.
5. Colocar en la tetera (o en un filtro en su interior) una cucharadita de té por taza y una más para la tetera. Esta cantidad puede variar según el tipo de té y los gustos personales.
6. Verter el agua a la temperatura correspondiente sobre las hojas. Para extraer todo el sabor del té, es primordial que haya mucho oxígeno en el agua.
7. Tapar la tetera y dejar en infusión durante los minutos precisos según el tipo de hoja. Si se utiliza un filtro, retirarlo de la tetera en cuanto la infusión alcance la fuerza deseada. Otra opción consiste en pasar la infusión a una segunda tetera caliente, de este modo se separa el liquido de las hojas y se evita que la infusión se vuelva amarga.
"Que lo disfruten"
1. Usar té de hoja suelta, bien conservado y una tetera apropiada.
2. Calentar el agua llevándola hasta el punto de ebullición. Recomendamos embotellada, ya que no cambia el sabor de la infusión y es preferible no usar un microondas.
3. Si la hierba requiere una temperatura de infusión de 100ºC, infusionar al momento. Si la temperatura debe ser inferior, reposar el agua hirviendo, dejándola enfriar durante un minuto aproximadamente. Lo ideal es disponer de un termómetro para controlar exactamente la temperatura del agua. Al preparar una infusión de té negro, el agua tiene que haber llegado a un hervor suave, de este modo presenta la temperatura adecuada de 95º, pero todavía conserva su contenido en oxígeno. Para tés blancos y verdes la temperatura debe oscilar entre los 75 y los 95 grados (En general cuanto mejor es el té, menos temperatura necesita).
4. Verter un poco de agua caliente en la tetera, removerla por las paredes y tirarla. Con esto se atempera la propia tetera, preparándola para recibir la infusión.
5. Colocar en la tetera (o en un filtro en su interior) una cucharadita de té por taza y una más para la tetera. Esta cantidad puede variar según el tipo de té y los gustos personales.
6. Verter el agua a la temperatura correspondiente sobre las hojas. Para extraer todo el sabor del té, es primordial que haya mucho oxígeno en el agua.
7. Tapar la tetera y dejar en infusión durante los minutos precisos según el tipo de hoja. Si se utiliza un filtro, retirarlo de la tetera en cuanto la infusión alcance la fuerza deseada. Otra opción consiste en pasar la infusión a una segunda tetera caliente, de este modo se separa el liquido de las hojas y se evita que la infusión se vuelva amarga.
"Que lo disfruten"